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Mapa para ubicar el grupo

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Mas del alcoholismo

La historia de la lucha contra el alcoholismo es algo añeja, desde 1785 encontramos los

primeros escritos médicos referentes al alcoholismo como enfermedad.

en los que el doctor Benjamin Rusch se refiere a una odiosa enfermedad que

perjudica y esclaviza a los hombres.

Rusch pedía en aquel entonces el establecimiento de

asilos para

los borrachos, a los cuales quería llamar Casa Sobria, en donde se les

proporcionaría a los alcohólicos tratamiento dietético, trabajo, así como

ayuda moral y religiosa.

En 1788, el doctor Thomas Trotter se re

fi ere a la ebriedad como: “una

enfermedad producida por una causa remota, que da lugar a acciones y

movimientos en el cuerpo, y provoca trastornos en sus funciones”.

En 1826 Justin Edward funda la Sociedad Americana de la Temperancia. Y

sentenciaba con mucho acierto: “los borrachos, si no se reforman, morirán”.

En 1840 aparece un grupo llamado

Los Washingtonianos, quienes

llegaron a reunir hasta 4200 alcohólicos; albergaban la esperanza de que

con alternativas de trabajo y apoyo psicológico, así como ayudando a otros,

se ayudaban a sí mismos.

Posteriormente aparecen otros movimientos más, como lo fueron

Los

Hijos de la Temperancia, los grupos Oxford 

y los Buenos Templarios.

En 1846 se abre en Nueva York el primer asilo para los ebrios. Algunos

más abrieron sus puertas, pero fracasaron por tener problemas en su

fi

nanciamiento.

En 1870 se funda la Asociación para el Estudio y la Cura de la Embriaguez,

y publica sus resultados en una revista llamada

Diario de la Embriaguez,

que además contenía un directorio de los asilos para alcohólicos.

En 1890 Lewis Duncan M. trató e investigó sobre 4 633 casos de

alcoholismo, y sus observaciones fueron publicadas en la revista

Anales de

la Asociación Médica Americana

.

Se menciona que para el año de 1902 había en Estados Unidos más de

cien instituciones para el tratamiento de este problema.

En 1898 el Instituto Keeley tenía una membresía de 30

513 miembros, repartidos en 370 ligas locales.

Hace cincuenta y nueve años, el 10 de junio de 1935, nace el movimiento

de Alcohólicos Anónimos en la ciudad de Akron, Ohio, en Estados Unidos.

Debemos tomar en cuenta que Alcohólicos Anónimos es la síntesis de

conceptos médicos y religiosos. En el año de 1950 la Organización Mundial

de la Salud ordena al Consejo de Enfermedades Mentales que investigue y

de

fi na qué es el alcoholismo. En su próxima reunión en 1953, se defi ne que

el “alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal”.

En 1960 el doctor Jellineck publica su famoso artículo

El concepto del

alcoholismo como enfermedad

, que sirvió para que se sentaran las bases

para que los profesionales de la salud se interesaran en el problema.

Así, vemos cómo importantes médicos han contribuido con sus puntos de

vista para que el programa de

AA sea diseminado y conocido por diferentes

grupos médicos. El doctor Duncan Silwort; el psicólogo Carl Gustav Jung;

El doctor Kirby Collier y el doctor Harry Tiebout ponen en contacto a

Alcohólicos Anónimos con la Asociación Médica Norteamericana en 1946.

En 1949 la Asociación Siquiátrica Americana pidió a Alcohólicos Anónimos

que presentara una ponencia; ésta se encuentra en el folleto

Tres charlas

a sociedades médicas

. En 1951 se otorgó a Alcohólicos Anónimos el premio

Lasker por la Asociación Norteamericana de Salud Pública.

También es digno de mencionar que para el crecimiento de Alcohólicos

Anónimos han participado varios ministros religiosos como son el Padre Edward

Dowling y el Reverendo Sam Shoemaker, así como la Hermana Sor Ignacia.

más artículos en: http://www.infoadicciones.net

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La mujer en AA

AA PARA LA MUJER

El Alcoholismo en la mujer generalmente se niega y oculta, pero existe y también es un problema de salud pública, especialmente en adultas jóvenes.  Cuando a una mujer le preguntan si bebe alcohol, se enfrenta al tabú y a los estigmas sociales.
En nuestro país, millones de mujeres de cualquier edad o posición social, cultural y económica tienen problemas con su manera de beber. Pueden ser jóvenes estudiantes o profesionistas, trabajadoras o amas de casa; esposas, madres, hijas, hermanas o abuelas. Conforme avanza la enfermedad es más difícil aceptar que se está enfermo y la mujer alcohólica no escapa a la tendencia innata de ocultar, por todos los medios, su adicción y convierte en cómplices a familiares y amigos quienes tratan a toda costa de encubrir todo indicio hacia el exterior, de que existe un problema de alcoholismo femenino en casa.

Tal vez hayas estado bebiendo por meses o años sin que nadie se dé cuenta. Puede ser que te horrorices y lo niegues si te dicen que hagas algo por tu forma de beber, pero en secreto lo piensas.
Quizá ocultes la bebida en la bolsa de mandado, en la mochila de la escuela o en el cajón del escritorio. A lo mejor no te atreves a beber en público y seas una bebedora casera que estés pensando buscar la botella que has escondido en tu casa.
La decisión es tuya, no importa que tengas 15, 25 ó 70 años, seas rica o pobre, estudiante, profesionista o no tengas estudios, ama de casa o trabajadora. Eres tú la que debe tomar la decisión, pero no sola. Extiende simplemente tus manos y la mano de Alcohólicos Anónimos estará ahí, tocando las tuyas, dispuesta a ayudarte.
En Alcohólicos Anónimos hay hijas, hermanas, esposas y madres; pero sobre todo mujeres que hemos reconocido nuestra enfermedad del alcoholismo y día con día luchamos por una vida útil y feliz. Deseamos compartir contigo la dádiva de la sobriedad que nos fue concedida para servir a las que aún sufren pensando que son motivo de burla y vergüenza para todos.

Muchas mujeres al llegar a AA, no declaran su alcoholismo o drogadicción, ya que al igual que en los hombres hay un sentimiento de negación y autosuficiencia, y con el paso de su asistencia a las juntas grupales, se van identificando y algunas admiten su problema con la bebida, ya que en alcohólicos anónimos sabemos que no es la cantidad de lo que se bebe, lo que destruye a la persona, sino los estragos que genera el consumo de bebidas alcohólicas en cada individuo, ya que no se requiere ser un gran consumidor de alcohol para que se presenten los síntomas del alcoholismo en la persona, por lo tanto la mujer en ocasiones llega a ésta triste concluisión, soy alcohólica; asimismo el consumo de tranquilizantes de manera contínua y hasta por automedicación, son otro problema que se evade, atribuyendo  su consumo al nerviosismo, la depresión o la neurosis, en AA se le sugiere a que visite a su médico para tener un consejo profesional acerca de estas sustancias, ya que en algunos casos pueden ser una dependencia.

si deseas saber mas puedes consultar el folleto la mujer en AA, en la siguiente dirección;

http://www.aa.org/sp_pdfs/sp-5_aaforthewoman.pdf

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Baja nuestro video de infomació pública en Youtube

Cuando visites youtube, baja nuestro video de información pública, que contiene la historia de A.A., estadísticas del alcoholismo en México, quién es un alcohólico, el método de recuperación, que hace y qué no hace A.A., el plan de las 24 horas y el autodiagnóstico.
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Oración de la serenidad completa

La Oración de la Serenidad  completa:

“Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,

el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia;

 viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez; aceptando las adversidades como un camino hacia la paz;

 pidiendo, como lo hizo Dios, en este mundo pecador tal y como es, y no como me gustaría que fuera;

creyendo que Tú harás que todas las cosas estén bien si yo me entrego a Tu voluntad;

de modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida e increíblemente feliz Contigo en la siguiente. Amen.”

Oración de la Serenidad. de Reinhold Niebuhr. (Wrigth City, 1892-Stockbridge, 1971) Teólogo estadounidense. Ordenado ministro de la Iglesia evangélica, fue pastor en Detroit hasta 1928 y después enseñó en el seminario teológico de Nueva York (1930-1960).

La oración fue compuesta un domingo de 1943, durante  la 2a Guerra Mundial, a Niebuhr no le molestó que una versión abreviada de su oración fuera empleada por A.A., ni que se ignorara no sólo que él era el autor, sino hasta que la Oración tenía un autor. Actitud que, desde luego, lo honra.

En A.A. sección México dice que la historia de esta oración se encuentra en uno de nuestros textos de literatura: "TRASMITELO – La historia de Bill Wilson y de cómo llegó al mundo el mensaje de A.A.

La historia es esta:

"Se descubrió en la columna "In Memoriam" de un número de principios de junio de 1941 del Herald-Tribune de Nueva York.  La fraseología exacta fué: "Madre: Dios me de la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia: Adios."  Dijo Ruth: Jack C. se presentó en la oficina una mañana y me mostró la esquela con la oración de la Serenidad.  Me impresioné tanto como lo estaba él y le pedí que me la dejara, de manera que puidera copiarla y utilizarla en las cartas a los grupos y solitarios.  Horace C. tuvo la idea de mandarla a imprimir en tarjetas y pagó la primera impresión."

Desde entonces, cuando cualquiera, en cualquier lugar del mundo en el que haya un Grupo de Alcohólicos Anónimos, entre, encontrará un cuadro en el que está escrita la Oración de la Srenidad.  Hoy la rezamos al incicio de cada reunión de la siguiente manera: "Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia".

 

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Guia para información pública de Alcohólicos Anónimos

GUÍA DE INFORMACIÓN PÚBLICA DE A.A.

 

 Buenas tardes, personas no alcohólicas, familiares y amigos de A.A., compañeros de Alcohólicos Anónimos, mi nombre es ______________ y soy alcohólico, sean bienvenidos a esta junta especial de información pública con motivo del _____Aniversario de nuestro grupo _______________________  en la cual damos testimonio de que A.A. si funciona para las personas que desean recuperarse del alcoholismo, en primer lugar los A.A. nos ponemos a disposición de nuestro poder superior esperando que este mensaje de vida llegue a las personas que lo necesiten, con unos momentos de meditación para reflexionar acerca del problema que aquí nos reúne y que en mi caso es el alcoholismo ………, el que desee continuar lo puede hacer, a continuación los invito a que me acompañen a decir la oración de la serenidad que dice:

Dios concédeme la serenidad

Para aceptar la cosas

Que no puedo cambiar;

Valor para aceptar

Las que puedo, y sabiduría

Para distinguir la diferencia

 Bueno antes de continuar con nuestra junta de aniversario voy a preguntar si hay dentro de las personas que nos acompañan, alguna persona que venga por información, (si la hay se le pide se ponga de pie y se le da un aplauso,  se le dice que la junta le será dedicada de principio a fin, le pedimos que ponga su mente alerta y receptiva y elimine los prejuicios que tenga acerca del alcoholismo durante los siguientes minutos), bueno en la presente junta de información tocaremos los tres folios básicos, quién es un alcohólico, método de recuperación de A.A., que hace y que no hace A.A. y nuestro plan de las 24 horas.

Inicialmente, le diremos que Alcohólicos Anónimos  es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa. Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad».

Alcohólicos Anónimos tuvo su comienzo en Akron, Ohio en Estados Unidos, en 1935, cuando un hombre de negocios de Nueva York llamado Bill W., que había conseguido permanecer sin beber por primera vez tras haberlo intentado en varias ocasiones, buscó a otro alcohólico, durante un viaje de negocios, pues debido a un mal momento que estaba atravesando  temía volver a beber. En Akron le dieron la dirección de un médico cirujano conocido como el Dr. Bob, que también tenía problemas con la bebida, al comenzar a platicar el hombre de negocios y el médico descubrieron que pudieron dejar de beber al compartir entre ellos sus experiencias y que su capacidad para permanecer sobrios estaba muy relacionada con la ayuda y estimulo que ellos pudieran dar a otros alcohólicos.  

Durante los primeros años la comunidad se fue desarrollando lentamente, carecía de nombre, de organización y de material impreso que la describiera. Poco a poco se formaron grupos de alcohólicos en Nueva York, Akron, Cleveland y en otros lugares.

En 1939, con la publicación del libro  «Alcohólicos Anónimos», del que la comunidad tomó su nombre, y con la ayuda de amigos no alcohólicos, A.A. empezó a llamar la atención de la gente, tanto en Estados Unidos como en otros países, también llamo la atención de la prensa que al ver que iba en aumento el número de borrachos en recuperación, no dudó en interesarse acerca de A.A., empezando a aparecer artículos como el de Jack Alexander en la revista Saturday evening post, lo que incremento la afluencia de individuos que deseaban liberarse del alcoholismo.

Actualmente A.A. tiene presencia a nivel mundial, en México inicia sus actividades en la ciudad de Monterrey en 1946.

En México el alcoholismo es un problema de salud pública, según la Secretaría de Salud, por lo que a continuación les diremos que según el consejo nacional contra las adicciones hacia Enero del 2009, 34 millones de personas consumen frecuentemente bebidas  alcohólicas, y que el 39% de las lesiones por accidente de vehículo de motor, el 18%  de los homicidios, el 28% de suicidios y el 60% de la violencia intrafamiliar son causadas por personas bajo el efecto del alcohol.

Por lo tanto es de vital importancia ofrecer alternativas para la superación de este problema, por eso a las personas que se interesan en recibir información acerca de A.A. en los grupos tradicionales utilizamos tres folios básicos de información y que detallaremos a continuación, para lo cual voy a invitar a mi compañero _____________ para que nos hable del folio:

¿Quién es un alcohólico?

El primer folio de información se titula ¿quien es un alcohólico?, y nos ofrece definiciones y síntomas del alcoholismo.           

En primer lugar decimos que Alcohólicos Anónimos no define al alcoholismo, esto se lo dejamos a la ciencia médica que dice que es una enfermedad incurable, progresiva y mortal esto según  la Asociación  Médica de los EE.UU. (American Medical Association); igualmente la Organización Mundial de la Salud, añade que ésta enfermedad   afecta no sólo al adicto sino también la vida de todo aquel que se encuentre a su alrededor.  En  A.A. nos apoyamos por la definición  de alcohólico de la Doctora Marty Mann, cofundadora del Consejo Nacional sobre  Alcoholismo en los Estados Unidos de Norteamérica. Que dice que alcohólico…

 

Es alguien a quien la bebida le causa un continuo problema en cualquier aspecto de su vida.

 

            La mayoría de los médicos  esta de acuerdo en que el alcoholismo es una compulsión física unida a una obsesión mental; es decir, un deseo de consumir alcohol más allá de su capacidad para controlarlo, desafiando todas las reglas del sentido común. 

Aceptan también Que el alcoholismo no se puede “curar”, pero al igual que muchas otras enfermedades, se puede detener. Y que no es una vergüenza padecer esta enfermedad, siempre y cuando  se enfrente con honestidad el problema y se intente hacer algo al respecto.

 

Asimismo se han clasificado tres tipos de personas que consumen alcohol

En primer tipo es el Bebedor Social que es aquel que Suele beber en reuniones de trabajo o con amigos. Generalmente este tipo de bebedor toma dos o tres copas sin causarle ningún problema el decir que no a la próxima invitación. Tiene la capacidad de decidir si bebe o no.

El segundo tipo es el Bebedor Fuerte, que ya consume alcohol en exceso. Lo que gradualmente llegará a perjudicarle en lo físico y en lo mental. Si se presenta una razón bastante poderosa como uña enfermedad, un enamoramiento o cambio de medio ambiente, puede dejar de beber o empezar a hacerlo con moderación, aunque esto le resulte difícil y le cause sufrimiento.

 Por último tenemos al bebedor que mas interesa a alcohólicos anónimos que es el Bebedor Problema que  Pudo haber pasado por las etapas anteriores. Pero en alguna parte de su ciclo como bebedor, empieza a perder todo control sobre su consumo de alcohol una vez que comienza a beber. Hace cosas absurdas, increíbles o trágicas  Rara vez se embriaga a medias. Mientras bebe, su modo de ser se parece muy poco a su naturaleza normal. Puede ser una magnifica persona; pero si bebe un día, se volverá repugnante y, hasta peligrosamente antisocial.

Puede Haber perdido amigos, el  trabajo ó incluso a su familia. Quizá ha consultado a doctores o acudido a hospitales y sanatorios. Sabe que no puede beber moderadamente, pero es incapaz de comprender por qué.

Como cualquier enfermedad el alcoholismo presenta síntomas, los tocaremos uno a uno y aunque no son todos, al parecer son los más relevantes.

 

1.    El alcohólico bebe para tener confianza e si mismo y poder desahogarse ante otros, esto es que necesita beber alcohol para poder entablar una charla o bien para poder invitar a alguien a bailar si es que esta en una fiesta

2.    A menudo desea una copa más. La primera copa desata una compulsión por seguir bebiendo, el individuo sabe cuando empieza a beber pero en pocas ocasiones sabrá cuando y como terminara

3.    Trata de controlar su bebida. Cambia de bebidas de fuertes a suaves o bien de grupo de amigos e incluso de trabajo, ya que cree que por eso el bebe, lo que no sabe es que sufre una enfermedad que lo obliga a seguir bebiendo

4.    Bebe cuando no planea hacerlo. Muchas veces el enfermo hace planes de trabajo, pero al dirigirse a su centro laboral, es suficiente con que se encuentre con algún conocido que lo invite a tomarse una copa para que eche por los suelos sus metas de trabajo, iniciando otra borrachera

5.    Tiene periodos de abstinencia. Hace juramentos solemnes a la familia o  incluso religiosos, los que generalmente no cumple, y si es que lo hace, solo son una cita con el alcohol, ya que una vez que se vence el plazo vuelve a beber de manera mas destructiva

6.    Tiene Lagunas mentales o pérdida parcial de la memoria. Durante la borrachera puede experimentar periodos de olvido, que pueden ser temporales o permanentes, esto es que pueden durar minutos,  horas o días, según las estadísticas de la secretaria de salud nos dicen que la causa de internamiento de un porcentaje de los internos en hospitales siquiátricos es a causa del alcoholismo, ya que se quedaron en una laguna mental permanente.

7.    Sus borracheras le generan fuertes sentimientos de culpa, ya que generalmente la familia se encarga de recordarle los destrozos o acciones que cometió durante su ultima borrachera, provocándole sentimientos de vergüenza que no puede superar mas que volviendo a emborracharse

Todos los anteriores síntomas se enmarcan en un circulo enfermizo que se reinicia de manera indefinida, ya que el individuo no se ha dado cuenta que ha perdido la capacidad de controlar la bebida, y que solo y sin ayuda va a ser muy difícil que se recupere, por lo tanto es necesario que busque ayuda, aquí es donde A.A. representa una alternativa de solución o incluso de prevención, ya que actualmente las personas empiezan a beber a menor edad, por lo que en A.A. decimos que se pueden ahorrar muchos años de sufrimiento acudiendo al grupo mas cercano de su comunidad.

 

Ahora voy a invitar a mi  compañero ______________ para que nos desglose el folio titulado:

 

Método de recuperación

 

En A.A. ofrecemos  a la persona que se acerca por primera vez  un programa sugerido, que consiste en 12 pasos de recuperación, y que en  el presente folio encontramos sintetizado en cinco puntos básicos:

1.- Admisión: En A.A. decimos que no se puede solucionar un problema si no se admite que se tiene, por lo que se invita a la persona que ingresa por primera vez a la agrupación, a evaluar si el alcoholismo le ha causado alguna dificultad en su vida, ya sea en el aspecto familiar, social o laboral; ya que en ocasiones el individuo llega en un estado  de negación y de autosuficiencia, y cree por si mismo puede solucionar su problema con la bebida.

En A.A. nadie tiene la facultad de decir si alguien es o no alcohólico, esto lo determina la propia persona, ya que al final de la junta de información se le entrega un tríptico  que contiene 12 preguntas, las que se sugiere las conteste de forma personal y con calma, para que sólo él determine si tiene o no problemas con su manera de beber, si la respuesta es afirmativa se le recomienda asistir de manera regular a las sesiones del grupo para que identifique,  acepte, y enfrente  su problema, este paso es fundamental para el éxito del programa.

2.- Análisis y catarsis: Una vez que se ha dado el primer paso, el programa invita a la persona a hacer un análisis de su problema de alcoholismo, con la finalidad de encontrar las verdaderas causas que lo llevaron a beber, ya que generalmente esta eenfermedad  entraña situaciones  profundas, complejas y particulares; esto se lleva a cabo  mediante el compartimiento de experiencias en la tribuna, así también se le sugiere  buscar a una persona con más tiempo dentro del grupo, para que lo asesore y dirija en la práctica de éste sencillo método de recuperación, y de esa manera llegue a una verdadera catarsis o sea la liberación del fondo del sufrimiento de todas sus acciones dentro de su vida alcohólica, con lo que encontrará una tranquilidad que el ya creía perdida.

3.- Restablecimiento de relaciones iínterpersonales. Una vez que el alcohólico, ha superado los primeros pasos del programa, se va dando cuenta que sus relaciones iinterpersonalles van mejorando en todos los aspectos de su vida y se empieza a reintegrar a su núcleo social, lo que le da una mayor sensación de bienestar, ya que símpemeante por el hecho de haber dejado de beber, ya no sufre crudas, por lo tanto ya no falta al trabajo, o si antes gastaba mucho en alcohol ahora éste dinero llega íntegro a casa.

4.- Dependencia de un poder superior o factor “X”. Aunque alcohólicos anónimos no es religioso, si es 100% espiritual, por lo que el programa le sugiere al individuo que retome su creencia religiosa familiar si es que la tiene, para que mediante esto fomente la fe en su propia recuperación. Sí el individuo no cree en nada se le sugiere que crea en un factor X, que puede ser el mismo grupo de alcohólicos, ya que ese conjunto de hombres y mujeres ya ha logrado lo que él hasta ese momento no ha podido, que es dejar de beber.

5.- Trabajar con otros directa o indirectamente. Una vez que el alcohólico ha trascendido en la práctica de este  sencillo  programa, y que ha logrado avanzar en su  recuperación, va siendo capaz de transmitir el mensaje de vida de alcohólicos anónimos a otras personas que aún continúan sufriendo esta mortal enfermedad, trabajando directamente con éstos, mediante juntas de información pública, en la que puede haber alguna persona alcohólica a la que le interese, A.A. tambiénn trabaja con enfermos en hospitales y con internos en reclusorios, que pueden estar en ellas por problemas causados por su manera de beber y aunque ellos no pueden salir, los alcohólicos en recuperación si pueden llevar el mensaje de vida de A.A. al interior de esas instituciones  o indirectamente, en el caso de las personas no alcohólicas que están escuchando este mensaje, y que con toda seguridad tienen algún familiar o conocido que este sufriendo de éste mal y que mediante ellos puede llegar la información, por lo que les pedimos que no tiren éste material, si no le es útil a usted, por favor regálelo a alguien que lo necesite.

 

Ahora invito a pasar a mi compañero _______________ para que nos comente acerca del siguiente folio titulado:

 

 

QUE HACE Y QUE NO HACE A.A.

             Este folio habla de nuestras 12 tradiciones que no son más que lineamientos que ayudan a la continuidad de los grupos y garantizan la unidad y el respeto de los mismos. Los grupos que nos apegamos a estos principios somos grupos tradicionales, en los mismos no se retiene a ninguna persona contra su voluntad, las juntas son de puertas abiertas, o sea que puede entrar y salir la persona en el momento que lo desee, y las reuniones duran hora y media en promedio; y para ampliar esta información vamos a desglosar este folio.

1.    En primer lugar tenemos el bienestar común.  En alcohólicos anónimos el individuo, es lo más importante, por lo anterior se dice que no hay agrupación que cuide mas celosamente a sus miembros, ya que se respeta su forma de pensar, hablar y actuar de cada uno de ellos,  ya que de la recuperación personal depende la unidad de A.A.  En Alcohólicos Anónimos no se impone ninguna filosofía o creencia a sus miembros nuestro programa es sugerido y cada uno de sus integrantes decide como quiere practicarlo, asimismo no  se lleva ningún control de asistencias ni archivos o historias clínicas.

2.    Autoridades líderes. En A.A. no hay un gobierno, sólo servidores de confianza como el coordinador o el cafetero que nos guían con el ejemplo, estos servidores de confianza no dan órdenes: su deber es velar por el buen funcionamiento del grupo y que las reuniones sean de recuperación para todos

3.    El único requisito para pertenecer a A.A. es tener el deseo sincero de dejar de beber, no se piden datos, fotografías o credenciales, nadie puede impedirle  pertenecer a nuestra agrupación Nuestra comunidad puede incluir a todos los que sufren de alcoholismo. Por eso no podemos rechazar a nadie que quiera recuperarse. Cuando quiera que dos o tres alcohólicos se reúnan en interés de la sobriedad, podrán llamarse un grupo de A.A. con tal que, como grupo, no tenga otra afiliación.

4.    Los grupos son autónomos y  libres de desarrollar sus propias modalidades y formas de realizar reuniones, siempre y cuando no perjudiquen a otros grupos o a A.A. como un todo, cada grupo determina el horario de sesiones, las actividades grupales y elige libremente a sus servidores.

5.    El único objetivo que persiguen los grupos de A.A. es el de llevar el mensaje de recuperación de alcohólicos anónimos a aquellas personas que lo necesiten o que deseen dejar el alcoholismo.

6.    A.A. no mezcla su nombre con ninguna institución u organización alguna, pero si coopera con ellas si solicitan información acerca de alcohólicos anónimos, es así como acudimos a clínicas, hospitales, escuelas, empresas o reclusorios para dar la información que nos solicitan.

7.    A.A. no acepta dinero por sus servicios ni acepta cualquier otro tipo de contribución proveniente de fuentes distintas a la de Alcohólicos Anónimos y aunque sabemos que el  dinero es necesario para el mantenimiento de la agrupación como puede ser el alquiler del local de reuniones, la compra de café y té, compra de libros, folletos y la revista Dimensión, esto se soluciona mediante la contribución voluntaria de los miembros al final de cada junta. Alcohólicos Anónimos no cobra por la ayuda que sus miembros prestan a otros alcohólicos, ni ellos reciben nunca pago alguno. Su retribución es algo mucho mayor que lo que representa el valor del dinero, es su propia recuperación. Pues los miembros de A.A. han descubierto que, ayudar a otros alcohólicos es la mejor forma de asegurar su propia sobriedad. Los grupos también contribuyen con dinero para solventar los gastos de las Oficinas Centrales de A.A. y otras  actividades de Alcohólicos Anónimos.

8.    En A.A. no hay terapeutas profesionales, no se hacen diagnósticos médicos o psicológicos; no se proporciona servicios de hospitalización o cualquier tipo de tratamiento médico o psiquiátrico; no se ofrecen servicios religiosos o espirituales, no se mezcla en propaganda o educación acerca del alcoholismo;  ni se proporcionan consejos de tipo vocacional o doméstico; y aunque hay profesionistas dentro de sus integrantes éstos saben que sólo son uno mas de los alcohólicos en recuperación.

9.    En A.A. se forman comités especiales para llevar el mensaje, en juntas de información pública, para acudir a instituciones que lo soliciten, asimismo existen comités de instituciones hospitalarias, carcelarias, de información a los profesionales etc. Que tienen el único objetivo de llevar el mensaje de vida de A.A. a quién lo necesite.

10. A.A. no entra en controversias de ninguna índole, no emite opiniones acerca de temas políticos o religiosos, ni con las personas que producen, venden o consumen alcohol

11. Atracción mas que promoción, AA no  trata de persuadir a nadie para que pertenezca a la Agrupación; simplemente esto se da mediante la atracción, cuando otras personas empiezan a notar los cambios que se generan en el alcohólico en recuperación y se preguntan  como lo ha logrado, quizá pregunten como y donde lo logró para de esa manera integrarse de manera voluntaria. La promoción se la dejamos a los medios masivos de comunicación como la prensa, el radio o la  TV que transmites anuncios de invitación acerca de este mensaje de vida

12. El anonimato es la piedra angular de nuestras tradiciones, recordándonos que debemos anteponer los principios a las personalidades, y aplica de dos maneras, A nivel personal, el anonimato les da protección a todos los miembros contra ser identificados como alcohólicos, una salvaguarda a menudo de especial importancia para el recién llegado.  A nivel de prensa, TV, radio, cine y nuevas tecnologías mediáticas como el Internet, el anonimato hace destacar la igualdad de todos los miembros dentro de la comunidad, frenando a las personas que pudieran explotar su afiliación a A.A. para ganar fama, poder o provecho personal. Asimismo el recién llegado tiene la seguridad de que lo que diga en la tribuna no será divulgado fuera de la agrupación.

 

Como parte fundamental de nuestro programa tenemos el plan de las 24 horas, para lo cual voy a invitar a mi compañero _____________ para que nos explique como lo practicamos en A.A.

 

PLAN DE LAS 24 HORAS

El “Plan de las 24 horas”, es una frase  básica de A.A. al problema de permanecer sin beber.  Los Alcohólicos Anónimos nunca juramos no volver a beber alcohol durante toda la vida, el compromiso es sólo por hoy.

Cuando recurrimos a Alcohólicos Anónimos para ser ayudados, ya habíamos descubierto que sin importar lo sinceros que hubiéramos sido al hacer la promesa a nosotros mismos o a la familia de abstenernos del alcohol, de alguna manera la olvidamos y volvimos a emborracharnos. La obsesión se convirtió en compulsión de beber y probó ser más poderosa que las mejores intenciones de abstenernos de beber.

El miembro de Alcohólicos Anónimos reconoce que el mayor problema es permanecer sin beber sólo por hoy, las 24 horas actuales es el único período en que el A.A. puede hacer algo acerca de la bebida; el ayer ya pasó y el mañana  no ha llegado “pero hoy”, dice el A.A., “hoy, no me tomaré un solo trago; puedo estar tentado a beber mañana, pero el mañana es algo de lo que me ocuparé cuando llegue. Mi gran problema es no beber un trago durante estas 24 horas”

Junto con el plan de las 24 horas, A.A. subraya la importancia de los tres axiomas que es probable que los haya escuchado el recién llegado antes de ingresar a Alcohólicos Anónimos y que son: “Poco a poco se va lejos”, “Vive y deja vivir” y “Lo primero es lo primero”. Al hacer de estos axiomas una parte básica de su actitud hacia los problemas del diario vivir, generalmente el A.A. se ayuda de una manera importante en el intento de vivir con éxito sin alcohol.

De esta manera el recién llegado se da cuenta de que si hoy no bebe, mañana no necesitará curarse la cruda o volver a emborracharse, y ve como el plan de las 24 horas se va transformando en semanas, meses y años de abstinencia al alcohol.

Bueno, hemos concluido la explicación de nuestros folios básicos, ahora voy a invitar a un compañero de poco tiempo en el grupo para que nos diga porqué se quedo en A.A..

Si la presente información les generó alguna duda, pueden hacer las preguntas que deseen en este momento para que mis compañeros y un servidor las aclaremos….

El grupo________________ esta ubicado en___________________________________ y sesionamos de ______ a_______los 365 días del año.

.

           Agradezco a mis compañeros que me hayan permitido coordinar esta junta especial de aniversario así como el apoyo del comité de información pública del grupo, aceptando que los errores fueron míos y los aciertos de un poder superior, asimismo los invito a que no se retiren ya que la fiesta apenas inicia,  esperando que nos acompañen a compartir un sencillo refrigerio y  a partir el pastel tradicional.

Y que me acompañen a dar por terminada esta junta de información pública con la oración de la responsabilidad que dice:

 

 

 

Yo soy responsable

Cuando cualquiera, dondequiera

Extienda su mano pidiendo ayuda

Quiero que la mano de A.A. este siempre allí y por eso

Yo soy responsable.

GRACIAS POR SU ATENCIÓN 

 

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Historia de A.A. en México

HISTORIA DE A.A. EN MÉXICO.

 

A principios de 1945, en la ciudad de los Ángeles, Gilberto M. Recibe el mensaje de Alcohólicos Anónimos, para fundar en colaboración con su esposa, Francisca González, en Monterrey, N.L., el primer grupo de A.A. Desafortunadamente a inicios de 1946, y debido a controversias con algunas compañías cerveceras, deja de funcionar en septiembre del mismo año. La Sra. Francisca González se da a la tarea de traducir varios folletos provenientes del extranjero, los cuales son publicados en los periódicos locales.

El 18 de septiembre de 1946 se llevó a cabo la Primer Junta de Información Publica en el Teatro del Pueblo de la Cd. De México, por el Co. Ricardo Pérez proveniente de Cleveland, Ohio y cónsul honorario de México en esta ciudad. El motivo era “trasmitir el mensaje de Alcohólicos Anónimos a la sociedad mexicana”

Fue el 25 de septiembre de 1946, en que nació el primer grupo de habla inglesa de A.A. en México el “Mexico City Group” fundado por Lexter Fox, Ramón C. y Daniel A., integrantes más tarde el Lic. Fernando I, y Pauline Doerr.

El año de 1956, nace el primer grupo de A.A. de habla hispana en la República Mexicana “Hospital Central Militar”, como consecuencia de la junta de información pública que se llevó a cabo el 16 de septiembre del mismo año, con duración de una hora. Sus fundadores fueron el Dr. Gonzáles Varela y el mayor Joaquín Barrón con la colaboración de la Sra. Irma Reyes de Barrón. Dos años más tarde le es cambiado el nombre al grupo “Grupo Distrito Federal”.

Con fecha 15 de marzo de 1957 en el estado de Yucatán surge el grupo de A.A. denominado “Panteón Florido”, a él asistió el cofundador de A.A. Bill W., que en ese tiempo estaba de paso en Mérida con su esposa Lois.

Para el mes de marzo de 1961 se forma en Guadalajara, Jalisco, el “Grupo Tapatío” su fundador fue el Co. Harry Olmstead, de origen americano, y su hijo Estanislao F., después se unió Rubén V., siendo el primer grupo a quien el Cardenal Garbi Rivera le otorga una carta de recomendación para A.A. solicitada por Harry Olmestead.

A partir de la década de los sesentas el crecimiento de los grupos de A.A. fue notorio: en 1961 nacieron 4; en 1962, 3; en 1963, 7 en 1967, 9 y para la actualidad existen un número de 13 000 grupos distribuidos en 63 comités de área, distritos, oficinas de información e intergrupales.

Para 1964, se forman las primeras Oficinas Intergrupales en el Distrito Federal y en Guadalajara. También a partir de los días 29 y 30 de agosto de 1964, se llevó el Primer Congreso Nacional de A.A. en México. Más tarde, el 16 de septiembre de 1969 se lleva a cabo la Primera Asamblea Mexicana con la asistencia de 22 representantes de 21 estados de la República Mexicana, en la cual se asumió la responsabilidad del Tercer Legado en México y una de las primeras tareas fue la creación de la Oficina de Servicios Generales creada el 9 de diciembre de 1969.

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PASO 1 DE A.A.

"Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables".

¿A quien gusta admitir la derrota total? A casi nadie, por supuesto. Todos los instintos naturales se rebelan contra la idea de la impotencia personal. Es verdaderamente horrible admitir que, con una copa en la mano, hemos deformado nuestra mente hasta tener una obsesión por beber tan destructiva que solo un acto de la Providencia puede librarnos de ella.

No hay otro tipo de bancarrota como ésta. El alcohol, ahora convertido en nuestro acreedor más despiadado, nos despoja de toda confianza en nosotros mismos y toda voluntad para resistirnos a sus exigencias. Una vez que se acepta esta dura realidad, nuestra bancarrota como seres humanos es total.

Pero al ingresar en A.A. pronto adoptamos otra perspectiva sobre esta humillación absoluta. Nos damos cuenta de que sólo por medio de la derrota total podemos dar nuestros primeros pasos hacia la liberación y la fortaleza. La admisión de nuestra impotencia personal resulta ser a fin de cuentas la base segura sobre la que se puede construir una vida feliz y útil.

Sabemos que son pocos los beneficios que un alcohólico que ingrese en A.A. puede esperar, si ni ha aceptado, desde el principio, su debilidad devastadora y todas sus consecuencias. Mientras no se humille así, su sobriedad – si es que la logra – será precaria. No encontrará la verdadera felicidad. Esta es una de las realidades de la vida de A.A., comprobada más allá de toda duda por una vasta experiencia. El principio de que no encontraremos una fortaleza duradera hasta que no hayamos admitido la derrota total es la raíz principal de la que ha brotado y florecido nuestra Sociedad.

Al vernos obligados a admitir la derrota, la mayoría de nosotros nos rebelamos. Habíamos acudido a A.A. con la esperanza de que se nos enseñara a tener confianza en nosotros mismos. Entonces, se nos dijo que, en lo concerniente al alcohol, la confianza en nosotros mismos no valía para nada; que de hecho era una gran desventaja. Nuestros padrinos nos dijeron que éramos víctimas de una obsesión mental tan sutilmente poderosa que ningún grado de voluntad humana podría vencerla. Se nos dijo que sin ayuda ajena no podía existir tal cosa como la victoria personal sobre esta obsesión. Complicando implacablemente nuestro dilema, nuestros padrinos señalaron nuestra creciente sensibilidad al Alcohol – una alergia, la llamaban.

El tirano alcohol blandía sobre nosotros una espada de doble filo: primero, nos veíamos afligidos por un loco deseo que nos condenaba a seguir bebiendo y luego por una alergia corporal que aseguraba que acabaríamos destruyéndonos a nosotros mismos. Eran muy contados los que, acosados de esta manera, habían logrado ganar este combate mano a mano. Las estadísticas demostraban que los alcohólicos casi nunca se recuperaban por sus propios medios. Y esto aparentemente había sido verdad desde que el hombre pisó las uvas por primera vez.

Durante los años pioneros de A.A., únicamente los casos más desesperados podían tragar y digerir esta dura verdad. E incluso estos "moribundos" tardaban mucho en darse cuenta de lo grave de su condición. Pero unos cuantos sí se dieron cuenta y cuando se aferraban a los principios de A.A. con todo el fervor con que un náufrago se agarra ala salvavidas, casi sin excepción empezaban a mejorarse. Por eso, la primera edición del libro "Alcohólicos Anónimos", publicado cuando teníamos muy pocos miembros, trataba exclusivamente de casos de bajo fondo. Muchos alcohólicos menos desesperados probaron A.A., pero no les dio resultado porque no podían admitir su impotencia.

Es una tremenda satisfacción hacer constar que esta situación cambió en los años siguientes. Los alcohólicos que todavía conservaban su salud, sus familias, sus trabajos e incluso tenían dos coches en su garaje, empezaron a reconocer su alcoholismo. Según aumentaba esta tendencia, se unieron a ellos jóvenes que apenas se podían considerar alcohólicos en potencia. Todos ellos se libraron de esos diez o quince años de auténtico infierno por los que el resto de nosotros habíamos tenido que pasar. Ya que el Primer Paso requiere que admitamos que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables, ¿cómo iban a dar este Paso personas como ésas?

Era claramente necesario levantar el fondo que el resto de nosotros habíamos tocado hasta el punto que les llegara a tocar a ellos. Al repasar nuestros historiales de bebedores, podíamos demostrar que, años antes de darnos cuenta, ya estábamos fuera de control, que incluso entonces nuestra forma de beber no era un simple hábito, sino que en verdad era el comienzo de una progresión fatal. A los que todavía lo dudaban, les podíamos decir, "Tal vez no seas alcohólico. ¿Por qué no tratas de seguir bebiendo de manera controlada, teniendo en cuenta, mientras tanto, lo que te hemos dicho acerca del alcoholismo?".

Esta actitud produjo resultados inmediatos y prácticos. Entonces se descubrió que cuando un alcohólico había sembrado en la mente de otro la idea de la verdadera naturaleza de su enfermedad, esta persona nunca podría volver a ser la misma. Después de cada borrachera, se diría a sí mismo, "Tal vez esos A.A. tenían razón… " Tras unas cuantas experiencias parecidas, a menudo años antes del comienzo de graves dificultades, volvería a nosotros convencido. Había tocado su fondo con la misma contundencia que cualquiera de nosotros. La bebida se había convertido en nuestro mejor abogado.

¿Por qué tanta insistencia en que todo A.A. toque fondo primero? La respuesta es que muy poca gente tratará de practicar sinceramente el programa de A.A. a menos que haya tocado fondo. Porque la práctica de los restantes once Pasos de A.A. supone actitudes y acciones que casi ningún alcohólico que todavía bebe podría siquiera soñar en adoptar. ¿Quién quiere ser rigurosamente honrado y tolerante? ¿Quién quiere confesar sus faltas a otra persona y reparar los daños causados? ¿A quién le interesa saber de un Poder Superior, y aun menos pensar en la meditación y la oración? ¿Quién quiere sacrificar tiempo y energía intentando llevar el mensaje de A.A. al que todavía sufre? No, al alcohólico típico, extremadamente egocéntrico, no le interesa esta perspectiva – a menos que tenga que hacer estas cosas para conservar su propia vida.

Bajo el látigo del alcoholismo, nos vemos forzados a acudir a A.A. y allí descubrimos la naturaleza fatal de nuestra situación. Entonces, y sólo entonces, llegamos a tener la amplitud de mente y la buena disposición para escuchar y creer que tienen los moribundos. Estamos listos y dispuestos a hacer lo que haga falta para librarnos de esta despiadada obsesión.

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PASO 2 DE A.A.

"Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio".

Al leer el Segundo Paso, la mayoría de los recién llegados a A.A. se ven enfrentados a un dilema, a veces un grave dilema. Cuántas veces les hemos oído gritar: "Miren lo que nos han hecho. Nos han convencido de que somos alcohólicos y que nuestras vidas son ingobernables. Después de habernos reducido a un estado de impotencia total, ahora nos dicen que sólo un Poder Superior puede librarnos de nuestra obsesión. Algunos de nosotros no queremos creer en Dios, otros no podemos creer, y hay otros que, aunque creen en Dios, no confían en que El haga este milagro. Bien, ya nos tienen con el agua al cuello – pero, ¿cómo vamos a salir del apuro?".

Consideremos primero el caso de aquel que dice que no quiere creer – el caso del rebelde. Su estado de ánimo solo puede describirse como salvaje. Toda su filosofía de la vida, de la que tanto se vanagloriaba, se ve amenazada. Cree que ya hace bastante al admitir que le alcohol le ha vencido para siempre. Pero ahora, todavía dolido por esa admisión, se le plantea algo realmente imposible. ¡Cuánto le encanta la idea de que el hombre, que surgió tan majestuosamente de una sola partícula del barro primitivo, sea la vanguardia de la evolución, por consiguiente el único dios que existe en su universo! ¿Ha de renunciar a todo eso para salvarse?

Al llegar a este punto, su padrino se suele reír. Para el recién llegado, esto es el colmo. Es el principio del fin. Y es cierto: es el principio del fin de su antigua forma de vivir y el comienzo de una nueva vida. Su padrino probablemente le dice: "Tómatelo con calma. El traje que te tienes que poner no te va a quedar tan estrecho como tú te crees. Vamos, yo no lo he encontrado tan estrecho, ni tampoco un amigo mío que había sido vicepresidente de la Sociedad Americana de Ateísmo. El se lo puso y dice que no le aprieta en absoluto".

"De acuerdo" dice el recién llegado, "sé que lo que me dices es la verdad. Todos sabemos que A.A. está lleno de personas que antes pensaban como yo. Pero, en estas circunstancias, ¿cómo quieres que me lo ‘tome con calma’? Eso es lo que yo quisiera saber".

"Muy buena pregunta", le responde el padrino. "Creo que puedo decirte exactamente cómo tranquilizarte. Y no vas a tener que esforzarte mucho. Escucha, si tuvieras la bondad, las tres siguientes afirmaciones. Primero, Alcohólicos Anónimos no te exige que creas en nada. Todos sus Doce Pasos no son sino sugerencias. Segundo, para lograr y mantener la sobriedad, no te tienes que tragar todo lo del Segundo Paso en este preciso momento. Al recordar mi propia experiencia, veo que me lo fui tomando en pequeñas dosis. Tercero, lo único que necesitas es una mente verdaderamente abierta. Deja de meterte en debates y de preocuparte por cuestiones tan profundas como el tratar de averiguar si fue primero el huevo o la gallina. Te repito una vez más, lo único que necesitas es una mente abierta".

El padrino continúa: "Fíjate, por ejemplo, en mi propio caso. Estudié una carrera científica. Naturalmente respetaba, veneraba e incluso adoraba la ciencia. A decir verdad, todavía lo hago – excepto lo de adorarla. Repetidas veces mis maestros me expusieron el principio básico de todo progreso científico: investigar y volver a investigar, una y otra vez, y siempre con una mente abierta. La primera vez que eché una mirada al programa de A.A., mi reacción fue exactamente como la tuya. Este asunto de A.A., me dije, no es nada científico. No puedo tragarlo. No me voy a parar a considerar tales tonterías.

"Luego me desperté. Tuve que admitir que A.A. producía resultados, prodigiosos resultados. Me di cuenta de que mi actitud ante éstos había sido muy pronto científica. No era A.A. quien tenía la mente cerrada, sino yo. En el instante en que dejé de debatir, pude empezar a ver y sentir. En ese momento, el Segundo Paso, sutil y gradualmente, empezó a infiltrarse en mi vida. No puedo fijar ni la ocasión ni el día preciso en que llegué a creer en un Poder superior a mí mismo, pero sin deuda ahora tengo esa creencia. Para llegar a tenerla, sólo tenía que dejar de luchar y ponerme a practicar el resto del programa de A.A. con el mayor entusiasmo posible.

"Claro está que ésta es la opinión de un solo hombre basada en su propia experiencia. Me apresuro a asegurarte que en su búsqueda de la fe, los A.A. andar por innumerables caminos. Si no te gusta el que te ha sugerido, seguro que descubrirá uno que te convenga si mantienes abiertos los ojos y los oídos. Muchos hombres como tú han empezado a solucionar el problema por el método de la substitución. Si quieres, puedes hacer de A.A. tu "poder superior". Aquí tienes un grupo grande de gente que ha resuelto su problema con el alcohol. En este sentido, constituye sin duda un poder superior a ti, ya que tú ni siquiera te has aproximado a encontrar una solución. Seguro que puedes tener fe en ellos. Incluso este mínimo de fe será suficiente. Vas a encontrar a muchos miembros que han cruzado el umbral exactamente así. Todo te dirán que, una vez que lo cruzaron, su fe se amplió y se profundizó. Liberados de la obsesión del alcohol, con sus vidas inexplicablemente transformadas, llegaron a creer en un Poder Superior, y la mayoría de ellos empezaron a hablar de Dios".

Consideremos ahora la situación de aquellos que antes tenían fe, pero la han perdido. Entre ellos, se encuentran los que han caído en la indiferencia; otros que, llenos de autosuficiencia, se han apartado; otros que han llegado a tener prejuicios en contra de la religión; y otros más que han adoptado una actitud desafiante, porque Dios no les ha complacido en sus exigencias. ¿Puede la experiencia de A.A. decirles a todos ellos que todavía les es posible encontrar una fe que obra?.

A veces el programa de A.A. les resulta más difícil a aquellos que han perdido o han rechazado la fe que a aquellos que nunca la han tenido, porque creen que ya han probado la fe y no les ha servido de nada. Han probado el camino de la fe y el camino de la incredulidad. Ya que ambos caminos les han dejado amargamente decepcionados, han decidido que no tienen a dónde ir. Los obstáculos de la indiferencia, de la imaginada autosuficiencia, de los prejuicios y de la rebeldía les resultan más resistentes y formidables que cualquiera que haya podido erigir un agnóstico o incluso un ateo militante. La religión dice que se puede demostrar la existencia de Dios; el agnóstico dice que no se puede demostrar; y el ateo mantiene que se puede demostrar que Dios no existe. Huelga decir que el dilema del que se desvía de la fe es el de una profunda confusión. Cree que ha perdido la posibilidad de tener el consuelo que ofrece cualquier convicción. No puede alcanzar ni el más mínimo grado de esa seguridad que tiene el creyente, el agnóstico o el ateo. Es el vivo retrato de la confusión.

Muchos A.A. pueden decirle a esta persona indecisa, "Sí, nosotros también nos vimos desviados de la fe de nuestra infancia. Nos vimos abrumados por un exceso de confianza juvenil. Por supuesto, estábamos contentos de haber tenido un buen hogar y una formación religiosa que nos infundió ciertos valores. Todavía estábamos convencidos de que debíamos ser bastante honrados, tolerantes y justos; que debíamos tener aspiraciones y trabajar con diligencia. Llegamos a la convicción de que estas simples normas de honradez y decoro nos bastarían.

"Conforme el éxito material, basado únicamente en estos atributos comunes y corrientes, empezó a llegarnos, nos parecía que estábamos ganando el juego de la vida. Esto nos produjo un gran regocijo y nos hizo sentirnos felices. ¿Por qué molestarnos con abstracciones teológicas y obligaciones religiosas o con el estado de nuestra alma, tanto aquí como en el más allá? La vida real y actual nos ofrecía suficientes satisfacciones. La voluntad de triunfar nos salvaría. Pero entonces el alcohol empezó a apoderarse de nosotros. Finalmente, al mirar al marcador y no ver ningún tanto a nuestro favor y darnos cuenta de que con un fallo más no quedaríamos para siempre fuera de juego, tuvimos que buscar nuestra fe perdida. La volvimos a encontrar en A.A. Y tú también puedes hacer lo mismo".

Ahora nos enfrentamos con otro tipo de problema: el hombre o la mujer intelectualmente autosuficiente. A estas personas, muchos A.A. les pueden decir: "Sí, éramos como tú – nos pasábamos de listos. Nos encantaba que la gente nos considerara precoces. Nos valíamos de nuestra educación para inflarnos de orgullo como globos, aunque hacíamos lo posible para ocultar esta actitud ante los demás. En nuestro fuero interno, creíamos que podíamos flotar por encima del resto de la humanidad debido únicamente a nuestra capacidad cerebral. El progreso científico nos indicaba que no había nada que el hombre no pudiera hacer. El saber era todopoderoso. El intelecto podía conquistar la naturaleza. Ya que éramos más inteligentes que la mayoría de la gente (o así lo creíamos), con solo ponernos a pensar tendríamos el botín del vencedor. El dios del intelecto desplazó al Dios de nuestros antepasados. Pero nuevamente Don Alcohol tenía otros planes. Nosotros, que tanto habíamos ganado casi sin esfuerzo, lo perdimos todo. Nos dimos cuenta de que, si no volviéramos a considerarlo, moriríamos. Encontramos muchos en A.A. que habían pensado como nosotros. Nos ayudaron a desinflarnos hasta llegar a nuestro justo tamaño. Con su ejemplo, nos demostraron que la humildad y el intelecto podían ser compatibles, con tal de que siempre antepusiéramos la humildad al intelecto. Cuando empezamos a hacerlo, recibimos el don de la fe, una fe que obra. Esta fe también la puedes recibir tú".

Otro sector de A. A. dice: "Estábamos hartos de la religión y de todo lo que conlleva la religión. La Biblia nos parecía una sarta de tonterías; podíamos citarla, versículo por versículo, y en la maraña de genealogía perdimos de vista las bienaventuranzas. A veces, según lo veíamos nosotros, la conducta moral que proponía era inalcanzablemente buena; a veces indudablemente nefasta. Pero lo que más nos molestaba era la conducta moral de los religiosos. Nos entreteníamos señalando la hipocresía, la fanática intolerancia y el aplastante fariseísmo que caracterizaban a tantos de los creyentes, incluso en sus trajes de domingo. Cuánto nos encantaba recalcar el hecho de que millones de los ‘buenos hombres de la religión’ seguían matándose, los unos a los otros, en nombre de Dios. Todo esto, por supuesto, significaba que habíamos sustituido los pensamientos positivos por los negativos. Después de unirnos a A.A., tuvimos que darnos cuenta de que esa actitud nos había servido para inflar nuestros egos. Al destacar los pecados de algunas personas religiosas, podíamos sentirnos superiores a todos los creyentes. Además, podíamos evitarnos la molestia de reconocer algunos de nuestros propios defectos. El fariseísmo, que tan desdeñosamente habíamos condenado en los demás, era precisamente el mal que a nosotros nos aquejaba. Esta respetabilidad hipócrita era nuestra ruina en cuanto a la fe. Pero finalmente, al llegar derrotados a A.A., cambiamos de parecer.

"Como los siquiatras han comentado a menudo, la rebeldía es la característica más destacada de muchos alcohólicos. Así que no es de extrañar que muchos de nosotros hayamos pretendido desafiar al mismo Dios. A veces lo hemos hecho porque Dios no nos ha entregado las buenas cosas de la vida que le habíamos exigido, como niños codiciosos que escriben cartas a los Reyes Magos pidiendo lo imposible. Más a menudo, habíamos pasado por una gran calamidad y, según nuestra forma de pensar, salimos perdiendo porque Dios nos había abandonado. La muchacha con quien queríamos casarnos tenía otras ideas; rezamos a Dios para que le hiciera cambiar de parecer, pero no lo hizo. Rezamos por tener hijos sanos y nos encontramos con hijos enfermizos, o sin hijos. Rezamos por conseguir ascensos en el trabajo y nos quedamos sin conseguirlos. Los seres queridos, de quienes tanto dependíamos, nos fueron arrebatados por los llamados actos de Dios. Luego, nos convertimos en borrachos, y le pedimos a Dios que nos salvara. Pero no paso nada. Esto ya era el colmo. ‘¡Al diablo con esto de la fe!’ dijimos.

"Cuando encontramos A.A., se nos reveló lo erróneo de nuestra rebeldía. Nunca habíamos querido saber cuál era la voluntad de dios para con nosotros; por el contrario, le habíamos dicho a Dios cuál debería ser. Nos dimos cuenta de que nadie podía creer en Dios y, al mismo tiempo, dasafiarlo. Creer significaba confiar, no desafiar. En A.A. vimos los frutos de esta creencia: hombres y mujeres salvados de la catástrofe final del alcoholismo. Les vimos reunirse y superar sus otras penas y tribulaciones. Les vimos aceptar con calma situaciones imposibles, sin tratar de huir de ellas ni de reprochárselo a nadie. Esto no solo era fe, sino una fe que obraba bajo todas las circunstancias. Para conseguir esta fe, no tardamos en encontrarnos dispuestos a pagar, con toda la humildad que esto nos pudiera costar".

Consideremos ahora el caso del individuo rebosante de fe, pero que todavía apesta a alcohol. Se cree muy devoto. Cumple escrupulosamente con sus obligaciones religiosas. Está convencido de que cree todavía en Dios, pero duda que Dios crea en él. Hace un sinfín de juramentos solemnes. Después de cada uno, no solo vuelve a beber, sino que se comporta peor que la última vez. Valientemente se pone a luchar contra el alcohol, suplicando la ayuda de Dios, pero la ayuda no le llega. ¿Qué será lo que le pasa a esta persona?

Para los clérigos, los médicos, para sus amigos y familiares, el alcohólico que tiene tan buenas intenciones y que tan resueltamente se esfuerza por dejar de beber, es un enigma descorazonador. A la mayoría de los A.A., no les parece así. Multitud de nosotros hemos sido como él, y hemos encontrado la solución al enigma. No tiene que ver con la cantidad de fe, sino con la calidad. Esto era lo que no podíamos ver. Nos creíamos humildes, pero no lo éramos. Nos creíamos muy devotos en cuanto a las prácticas religiosas, pero al volver a considerarlo con toda sinceridad, nos dimos cuenta de que solo practicábamos lo superficial. Otros de nosotros habíamos ido al otro extremo, sumiéndonos en el sentimentalismo y confundiéndolo con los auténticos sentimientos religiosos. En ambos casos, habíamos pedido que se nos diera algo a cambio de nada. En realidad, no habíamos puesto nuestra casa en orden, para que la gracia de Dios pudiera entrar en nosotros y expulsar la obsesión de beber. Nunca, en ningún sentido profundo y significativo, habíamos examinado nuestra conciencia, ni habíamos reparado el daño a quienes se lo habíamos causado, ni habíamos dado nada a otro ser humano sin exigir algo o esperar alguna recompensa. Ni siquiera habíamos rezado como se debe rezar. Siempre habíamos dicho, "Concédeme mis deseos", en vez de "Hágase tu voluntad". Del amor a Dios y del amor al prójimo, no teníamos la menor comprensión. Por lo tanto, seguíamos engañándonos a nosotros mismos y, en consecuencia, no estábamos en la posibilidad de recibir la gracia suficiente para devolvernos el sano juicio.

Son muy contados los alcohólicos activos que tan siquiera tienen una vaga idea de lo irracionales que son o que, si llegan a darse cuenta de su insensatez, pueden soportarla. Algunos están dispuestos a decir que son "bebedores problemas", pero no pueden aceptar la sugerencia de que son, de hecho, enfermos mentales. Un mundo que no distingue entre el bebedor normal y el alcohólico contribuye a que sigan en su ceguera. El "sano juicio" se define como "salud mental". Ningún alcohólico que analice fríamente su comportamiento destructivo, ya sea que haya destruido los muebles de su casa o su propia integridad moral, puede atribuirse a sí mismo la "salud mental".

Por lo tanto, el Segundo Paso es el punto de convergencia para todos nosotros. Tanto si somos ateos, agnósticos, o antiguos creyentes, podemos estar unidos en este Paso. La verdadera humildad y amplitud de mente pueden llevarnos a la fe, y cada reunión de A.A. es un seguro testimonio de que Dios nos devolverá el sano juicio, si nos relacionamos de la forma debida con El.

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